viernes, 24 de junio de 2011

BIODEDIVERSIDAD VS.CONSUMO



La pérdida de la biodiversidad es el tema central de una conferencia que tiene lugar en Holanda. Si seguimos consumiendo al ritmo actual, en el año 2050 necesitaremos dos planetas Tierra. Para entonces, la población mundial habrá alcanzado los 9 mil millones, y la producción deberá repartirse entre un número cada vez mayor de humanos. Plantas y animales sufrirán las consecuencias.
Si seguimos consumiendo al ritmo actual, en el año 2050 necesitaremos dos planetas Tierra. Para entonces, la población mundial habrá alcanzado los 9 mil millones, y la producción deberá repartirse entre un número cada vez mayor de humanos. Plantas y animales sufrirán las consecuencias.
La pérdida de la biodiversidad es el tema central de una conferencia que tiene lugar en Holanda. Si se repartiera la superficie del planeta equitativamente entre todos los humanos, cada uno dispondría de 1,8 hectáreas. Sin embargo, la mayoría de los habitantes de Occidente dispone de mucho más. Con las llamadas "huellas mundiales" se puede calcular cuánta superficie ocupa cada consumidor. En Holanda el uso medio es de 4 hectáreas por habitante y, la población de muchos países industrializados ocupa demasiada superficie, con todas las graves consecuencias que esto implica.

En las últimas décadas han desaparecido formas de vida, lo cual, en sí, constituye un fenómeno inherente a la evolución. No obstante, el ritmo en que actualmente se extinguen especies es preocupante, opina Johan van de Gronden, del Fondo Mundial para la Protección de la Naturaleza (WWF por sus siglas inglesas). Desde 1970, este fondo ha estudiado unas 1.300 especies de animales vertebrados, y ha constatado, desde entonces, la extinción de un 25 por ciento de las mismas, cifra que, en algunas regiones tropicales asciende a un 50 por ciento.

Van de Gronden afirma que ya en los años 80 dejamos atrás la "barrera de la sostenibilidad"; en otras palabras, que consumimos más que lo que la Tierra produce.
Desde entonces, se ha llegado a acuerdos para proteger variedades de seres vivos de nuestro planeta, cuyo número se estima en unos 40 millones.

En 1992, durante la llamada Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro, 180 países acordaron, para el año 2010, detener el deterioro y la pérdida de la biodiversidad. Sin embargo, en Europa sólo se han logrado acuerdos concretos en los últimos 5 años.

Según Annemarie Moons, una de las organizadoras de la Conferencia sobre la Biodiversidad, cada individuo puede hacer una contribución sustancial, por ejemplo, sembrando arbustos que atraigan mariposas y colocando nidos para los pájaros. Si los individuos ajustan sus costumbres, pueden influir en la conservación de la biodiversidad.

El análisis de las llamadas "huellas" que dejamos los humanos permite tomar conciencia de las repercusiones de nuestro comportamiento como consumidores, señala Jan Juffermans, de Tierra Pequeña, una fundación holandesa que se propone promover el debate sobre la vida sostenible. A este respecto, aclara que, por tratarse de productos animales, para la producción de queso y carne se requiere relativamente grandes extensiones de tierra. Actualmente, el pienso proviene casi en su totalidad del extranjero. Como ejemplos cita la yuca, o mandioca, de Tailandia y la soja brasileña y argentina. Es decir que, para la producción de, por ejemplo, el queso holandés, se utiliza una enorme cantidad de hectáreas.

Por su parte, Johan van de Gronden, del Fondo Mundial para la Protección de la Naturaleza, considera muy importante que se proteja el hábitat de las distintas especies y que se conecten más entre sí. En Holanda existen tales planes para 160 zonas. Por último, Van de Gronden se manifiesta complacido por el pacto gubernamental del nuevo Gabinete holandés, en el que, a su parecer, se toma realmente en serio el medio ambiente. 

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